Arte y Espectáculos

“Adiós a la memoria” y “Moving on” entran en la competencia internacional

Además, las películas en competencias Latinoamericana y Argentina

Dos películas ingresan este miércoles a la competencia internacional del 35° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

La primera es la argentina Adiós a la memoria de Nicolás Prividera. Un padre registra la vida de su hijo en filmaciones caseras, imágenes que más tarde su hijo, ante la enfermedad irreversible de su progenitor, utiliza para realizar una película que da cuenta de la difícil relación entre ellos y la historia de un país que parece insistir en no aprender de sus errores.

Desde Corea del Sur, llega Moving On, dirigida por Yoon Dan-bi. Luego del divorcio de sus padres, la adolescente Okju, junto a su padre y su hermano, se muda a la casa de su abuelo. A partir de ese momento, las rutinas de la familia se verán cambiadas, lo que les da un nuevo sentido a las vidas y a los sentimientos de los protagonistas. En Moving on la felicidad y la tristeza se entrecruzan todo el tiempo, creando un universo tan reconocible como personal.

Competencia Latinoamericana

La coproducción argentina-colombiana Como el cielo después de llover, de Mercedes Gaviria, en tanto, ingresa a la competencia latinoamericana. Es una autobiografía fusionada con un diario de rodaje; un documental que arma un rompecabezas familiar a partir de los videos hogareños que filmó Víctor cuando sus hijos eran niños. Al principio del filme, Mercedes acaricia las hojas de una planta que al tocarla se queda dormida. Es esa belleza inabarcable que no se puede describir: hay que verla.

Competencia Argentina

La sangre en el ojo, de Toia Bonino, por otra parte, se podrá ver desde hoy en la Competencia Argentina.

En Orione, su ópera prima de 2017, Toia Bonino contaba la historia de Ale Robles, un joven delincuente del barrio Don Orione, en el conurbano bonaerense, a quien la policía mató en un operativo luego de que lo hayan delatado. Quien articulaba el relato en aquella película era la madre de Ale. En La sangre en el ojo, Bonino vuelve a la misma historia, pero el punto de vista está vez es el de Leo, hermano de Ale, quien pasó 14 años en la cárcel y hoy sueña con vengar a su hermano.

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